P.M

“Llamamos a César para ayudar a nuestro tío con su depresión y su vida desordenada. Al principio, accedió a verle de mala gana, pero poco a poco comenzó a sentirse mejor. Un día, nuestro tío cambió repentinamente su enfoque de vida y se convirtió en la persona divertida, feliz y creativa que siempre fue. El carácter de César, su positividad, disposición y su calidez, hicieron que todo el proceso fuera mucho más fácil”.